Los sistemas de salud en el mundo contemporáneo operan desafiados por una tensión constante para garantizar su sostenibilidad financiera, en escenarios de múltiples presiones e incertidumbre. Un sistema no sostenible, es por defecto, un sistema generador de inequidad.
Para los colombianos, igual que para la mayoría de personas en el mundo, la salud es considerada como una de sus mayores prioridades y uno de los aspectos de sus vidas que más les inquietan e importan, resultando ser un asunto prioritario y un tema político de primer orden. Por ello la presión social que se ejerce sobre los gobiernos para satisfacer las demandas de salud, es elevada. La población exige cada vez más a los sistemas de salud, demandando de ellos más y mejores servicios y una mejor experiencia de atención. Las mediciones más recientes en Colombia sobre los asuntos que más preocupan a los colombianos, así lo demuestran. (YANHAAS S.A., 2017).
A su vez, en tanto que los diversos actores del sistema de salud colombiano perciben los múltiples signos y síntomas de su disfuncionalidad financiera en su operación cotidiana, se hace más amplia una percepción pesimista sobre el desempeño del mismo y su insostenibilidad futura, como se advierte en los estudios que indagan con líderes del sector, sobre los principales problemas y retos actuales del sistema de salud colombiano En este estudio la percepción general es que en 5 años el sistema será insostenible. (UDEA, 2017).